El teorema cubano: para Washington ya empezó la transición y reclama amplitud a la cancillería argentina

Abril 2005


El gobierno norteamericano espera que la Argentina esté dispuesta a debatir su abstención a juzgar la violación de los derechos humanos en la isla. Descartan que las diferencias perjudiquen las relaciones bilaterales.

El gobierno norteamericano considera que ya comenzó la transición a la democracia en Cuba, y espera que la Argentina esté abierta a discutir la postura que adoptará cuando la Comisión de Derechos Humanos de la ONU vuelva a analizar el caso cubano, afirmó ayer Adolfo Franco, administrador adjunto para América Latina de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid).

Franco llegó al país para recalcar el mensaje de la administración de George W. Bush con respecto a las violaciones a los derechos humanos cometidas por el régimen de Fidel Castro.

“Es importante que el mundo entero mande el mensaje de que las políticas de Castro no son aceptables, y que los gobiernos democráticos tomarán las medidas necesarias para condenarlo y darle esperanza y apoyo moral a la disidencia”, señaló el funcionario, quien es de origen cubano.


“Estados Unidos quiere que se trate a Cuba como a otras dictaduras de derecha o de izquierda que violan los derechos humanos básicos” agregó.


Respeto

Franco aseguró que su gobierno respetará la decisión argentina cuando sesione la comisión de la ONU en Ginebra, aunque repita el voto de abstención a condenar los atropellos del régimen castrista. Pero pidió una apertura previa al diálogo, y que el embajador argentino en La Habana reciba a figuras de la disidencia en agasajos y recepciones como gesto de apoyo político.

“Tengo la esperanza de que en Ginebra la postura argentina esté abierta a una franca discusión sobre Cuba -dijo-. No se trata de solucionar un problema, sino reconocer las violaciones que existen diariamente en Cuba”.

En cualquier caso, Franco descartó que esta diferencia de opiniones perjudique las relaciones entre Estados Unidos y Argentina. “La relación no se va a dañar. Son dos países que comparten la misma visión y los mismos principios”, precisó.
Al margen de lo que suceda en Ginebra, el gobierno de Bush está convencido de que en Cuba ya empezó la transición a la democracia.

“Así lo demuestra la última ola represiva del régimen y la ampliación de los espacios de disidencia, como la Iglesia católica, los evangelistas y el Proyecto Varela”, dijo Franco.

“La esperanza de Estados Unidos es que sea una transición pacífica, como fue en Europa oriental y en la Unión Soviética -observó-. Y el próximo líder va a surgir de la disidencia, al igual que Lech Walesa en Polonia y Vaclav Havel la República Checa”.

A los ojos de Washington, el proceso será netamente cubano y el destino de la isla “será el que elijan los cubanos”, aclaró.


El área que conduce Franco en la Usaid destina un presupuesto de 9 millones de dólares anuales a tareas de distribución de libros, diarios o radios portátiles que socaven el monopolio informativo en la Cuba de Castro.
La cifra no es significativa dentro del total de 838 millones de dólares que la Usaid asigna a los países más pobres de América Latina y el Caribe (la Argentina está excluida) en ayuda social y humanitaria.

 

[Portada]