México y América del Sur: la región menos transparente

Julio 2005

por Rosendo Fraga
 

Los empresarios de México y los países del Mercosur vienen explorando la posibilidad de negocios desde comienzos de los años noventa. Se han realizado inversiones, pero por ambas partes no ocupan el rol prioritario. Para los empresarios mexicanos su principal mercado siguen siendo los Estados Unidos y para los del Mercosur sigue existiendo un interés mucho más diversificado, entre Europa, Asia, Estados Unidos y América del Sur. Ello no ha impedido algunos acuerdos sectoriales importantes como el del sector automotriz o las inversiones del grupo argentino Techint en la siderurgia mexicana. Pero todavía, los intereses empresarios entre México y el Mercosur, no tienen suficiente entidad como para modificar políticas.


En este contexto, las relaciones comerciales argentino-mexicanas siguen mostrando una gran posibilidad, pese a la distancia geográfica, dado que las estructuras económicas de los dos países son más bien complementarias. Pero si bien hay avances, éstos siguen estando muy por debajo de las posibilidades teóricas que la relación plantea.


México representa un porcentaje muy bajo de las exportaciones argentinas y Argentina de las mexicanas. El intercambio viene aumentando pero sobre volúmenes relativamente bajos.


Entre los dos países el comercio y las inversiones aumentan, pero el capítulo agropecuario es un problema, por la misma causa que lo es en la relación entre Argentina con la UE o los Estados Unidos Así como los industriales argentinos no quieren quedar desprotegidos frente a la competencia extranjera -como sucede hoy en la discusión con Brasil- los agricultores mexicanos no quieren quedar desprotegidos frente a la competencia argentina que en este campo tiene claras ventajas.


Como se mencionó, si bien hay sectores empresarios que impulsan una relación más importante con México y querrían un acuerdo de libre comercio amplio
, todavía no hay masa crítica suficiente para lograrlo y neutralizar a los sectores que se oponen. Además, un acuerdo amplio con México, requeriría el marco del Mercosur y en ello también debe participar Brasil, lo que hace más compleja la negociación.


Cabe recordar que en 2004, México fue aceptado como país asociado al Mercosur, como lo son Chile y Bolivia desde los años noventa y Perú y Venezuela en esta década. México pretendía ser miembro pleno pero Brasil se opuso. Para México, la condición de país asociado al Mercosur, hasta ahora ha tenido más un sentido político que económico, ya que ello le permite una presencia política en América del Sur que le evita quedar aislado de ella. Es así como el Presidente de México puede participar ahora de las reuniones de presidentes de los países del Mercosur y sus asociados, que son la mayoría en América del Sur.


Para México, la geografía en función de la cual firmó el NAFTA, es determinante. Por esta razón Estados Unidos es y seguirá siendo su principal mercado. América del Sur no será más importante para México que Estados Unidos en términos económicos, pero sí puede serlo políticamente. En los organismos internacionales, México suele coincidir más con América del Sur que con Estados Unidos, como lo ha demostrado la reciente reunión de Cancilleres de la OEA, realizada a comienzos de junio en Florida.


El problema que se plantea, es que cada vez más el Canal de Panamá se transforma en una frontera en América Latina. El tercio que está al norte, donde México es dominante, muestra una influencia creciente de Estados Unidos en lo político, comercial y cultural. En los dos tercios que constituyen América del Sur propiamente dicha, esta influencia es decreciente. Brasil es el líder de América del Sur, pero si hablamos de América Latina, dicho rol lo comparte con México. Por esta razón, hay un interés de Brasil en que América del Sur sea una región diferenciada de América Latina, donde su liderazgo no sea discutido
 

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