La propiedad intelectual ¿un genuino valor agregado para el desarrollo?

Agosto 2005


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Joseph Stiglitz / La República / Perú

 

En octubre pasado, la Asamblea General de la Organización Mundial de Propiedad Intelectual decidió abordar cómo podría ser la forma futura de un régimen de propiedad intelectual orientado al desarrollo. Este paso tuvo poca cobertura en la prensa, pero en cierta medida es tan importante como la decisión de la OMC de que la actual ronda de negociaciones comerciales se enfoque al tema del desarrollo.

Ambas decisiones reconocen que las actuales reglas del juego económico internacional reflejan los intereses de los países industriales avanzados, especialmente los de sus grandes corporaciones, más que los intereses del mundo en desarrollo. Sin protección de la propiedad intelectual, puede ocurrir que se debiliten los incentivos para participar en ciertos tipos de iniciativas creativas. Sin embargo, la propiedad intelectual también puede tener costos bastante altos.

Las ideas son la materia prima más importante para la investigación, y si la propiedad intelectual reduce la capacidad de usar las ideas de los demás, se verá afectado el progreso científico y tecnológico. De hecho, muchas de las ideas más importantes (por ejemplo, la matemática subyacente a las computadoras modernas o las teorías tras la energía atómica o los rayos láser) no están protegidas por la propiedad intelectual. Los académicos dedican un considerable esfuerzo a diseminar gratuitamente los hallazgos de sus investigaciones.

Me siento complacido cuando alguien usa mis ideas sobre la información asimétrica, y también aprecio que me den algo de crédito por ellas. El crecimiento del movimiento de "código abierto" en la internet demuestra que no sólo las ideas más básicas, sino incluso productos de enorme valor comercial inmediato se pueden producir sin que medie la protección de la propiedad intelectual (…).

La propiedad intelectual es importante, pero el régimen de propiedad intelectual apropiado para un país en desarrollo difiere del que es adecuado para un país industrializado avanzado. El plan del acuerdo TRIP no reconoció esto. De hecho, para comenzar, la propiedad intelectual no debió nunca haber sido incluida en un acuerdo de comercio, al menos en parte porque su regulación está claramente más allá de las aptitudes de los negociadores comerciales.

Además, ya existe una organización para proteger la propiedad intelectual. Ojalá que en la reconsideración por parte de la WIPO de los regímenes de propiedad intelectual, las voces del mundo en desarrollo se escuchen más claramente que en el caso de las negociaciones del WTO; y cabe esperar que la WIPO tenga éxito en bosquejar las implicancias de un régimen de propiedad intelectual que fomente el desarrollo. Y esperemos que la OMC la escuche: el objetivo de la liberalización del comercio es potenciar el desarrollo, no ponerle trabas.

 

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EEUU lleva a Colombia a bilateral en propiedad intelectual - Portafolio / Colombia, 17/08/2005
Los negociadores de EEUU convocaron a una ronda intermedia de negociación de la mesa de propiedad intelectual entre el 29 y 31 de agosto próximos, en Washington. Esta reunión será de carácter bilateral. Los temas que se abordarán en la reunión serán los de derechos de autor, observancia, conexos y transferencia de tecnología. Según el jefe de negociadores de Colombia, Hernando José Gómez, al evacuar estos temas se centrarán en las discusiones relacionadas con la propiedad intelectual de los medicamentos y los datos de prueba, que son los que más dificultad revisten en la actualidad y que están restándole ritmo a la negociación en este campo.

De destrabarse la negociación en la duodécima ronda que se realizará en septiembre en Cartagena, permitirá llegar a un acuerdo en octubre próximo, cuando el Gobierno aspira a cerrarla. Si bien la negociación sobre estos temas está más avanzada, aún hay muchas expectativas sobre ellos, ya que en materia de derechos de autor se incluyeron temas relacionados con las bases de datos y software, lo que puede resultar contraproducente si se tiene en cuenta que ello implica la ampliación de los derechos de las empresas de EEUU sobre los programas que se creen en el país (…).
 

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