“Sencillamente, no podemos nacionalizar los hidrocarburos como hizo Evo. Si
caducáramos las concesiones, la propiedad revertiría a las provincias y no a la
nación. Es uno de los muchos errores de la Constitución del ‘94. Lo peor es que
nosotros tuvimos mucho que ver en ese error.” La reflexión, cuentan testigos
irrefutables, surgió de labios del presidente Néstor Kirchner.
El texto que antecede apareció en el diario Página 12 (al que algunos llaman
irónicamente “Boletín Oficial”) del domingo 7 de mayo de 2006, firmado por Mario
Wainfeld, un periodista serio, lúcido e insospechado de hostilidad al gobierno.
Parece demostrar dos cosas: que el Ejecutivo toma en serio la aspiración de
muchos argentinos por recuperar el control de los hidrocarburos; que por ahora
no piensa avanzar en la nacionalización.
Señor Presidente: me permito acercarle una opinión personal y
una sugerencia práctica: Argentina no necesita imprescindiblemente
renacionalizar el petróleo, con banderas y ocupación militar de los yacimientos
(aunque algunos votos acercaría). Sí necesita, creo, una empresa petrolera
nacional con control de los yacimientos ubicados en nuestro país y capacidad de
exploración – lo que alguna vez fue YPF. Si, por ejemplo, las acciones de esta
empresa fueran propiedad de las provincias, con una acción de oro para el Estado
Nacional, no habría necesidad de esperar a una reforma. La Constitución vigente
ya ha sido estirada mucho más que esto.
[ Portada ]