El tema de la educación parece que nos importa a los argentinos (por lo menos como tema de conversación; ahora, como compromiso…). He recibido unas cuantas respuestas. El autor de las “modestas proposiciones” (a la Swift) que siguen es un hombre de amplia cultura literaria y técnica, pero ninguna formación pedagógica. A pesar de ello – o tal vez por eso mismo – plantea ideas interesantes y algunas originales, que me parecen muy apropiadas para mejorar la discusión. Por eso me apresuré a extractarlas de un mail que me envió, preservando su anonimato para evitar su linchamiento por una turba de pedagogos indignados.

 

La Ley de Educación – Unas proposiciones modestas

 

“… LA LEY DE EDUCACIÓN LE INTERESA A POCA GENTE, y menos a los políticos. Igualmente van algunas ideas:

1. crear polos educacionales en el país para hacer que los estudiantes migren dentro del territorio nacional; esto origina polos de desarrollo y unifica humanamente al país sin tonterías centralistas. Mejora la integración social.

2. crear universidades tecnológicas diferenciadas. Es inviable estudiar oceanografía en la pileta de la Universidad del Salvador, como se hace actualmente, minería en puerto Madero y la administración de la Marina Mercante en el barrio de Almagro, Capital.

3. hay que terminar con la gratuidad universitaria pero establecer criterios de selección en base a becas, incluso deportivas, que favorezcan a los más interesados vocacionalmente en el asunto.

4. hay que reforzar la gratuidad y excelencia del nivel medio. Es la clave, allí se forma el interés por los otros niveles.

5. Hay que replantear una vez más la enseñanza media. Computación e inglés son herramientas de trabajo. La mayor parte de la curricula no garantiza ninguna inserción laboral posible. Bachillerato informático aplicado si. Inglés no es más un idioma, es una herramienta de trabajo como la matemática. Y todos en general sabemos sumar...

6. Hay que formular pasantías con las universidades del marco regional y establecer maestrías regionales. Serían un factor de integración y creación de la clase media internacional sudamericana. Brasil ya estableció al español como idioma obligatorio, nosotros todavía trastabillamos con el portugués.

7. hay que reformular algunas carreras en función del mercado y no a la inversa. Tenemos demasiados psicólogos, periodistas a montones, y gente producto de carreras inexistentes como relaciones humanas, públicas y cosas igualmente creadas para dar trabajo a los veterosociólogos sin trabajo. Las empresas saben lo que buscarán mejor que los funcionarios.

8. hay que aumentar las exigencias en derecho, abogacía se ha convertido en un sustituto del bachillerato. Cerremos el cupo por vía de la excelencia. Los romanos decían que los hombres que conducían el estado solo tenían dos carreras posibles, el derecho y la de las armas, agregaron luego con Augusto, medicina. Seamos selectivos en eso. Potenciemos el INAP pero seriamente, aprovechando que Béliz ya está pensionado.

9. hay que liquidar la escuela sarmientina y no resucitarla con reanimación jurídica. Hizo su tiempo y fue excelente para la organización nacional y nacionalizar al europeo. Ahora el trabajo consiste en internacionalizar al nativo. Exactamente la estrategia inversa.

10. potenciemos las carreras a distancia pero sólo en los primeros niveles, luego hay que facilitar el desplazamiento, el contacto humano, la competencia de choque y la interrelación.

11. Aumentemos la presencia masculina en los claustros y aulas. Curiosamente la educación está en manos de mujeres, elemento inevitablemente sesgado, hasta disociador, en el fondo. Carecen de fuerza para llevar la pesada carga colonial del hombre blanco que nosotros soportamos.

En fin, son ideas y nada más…”


De las ideas que “tira” mi corresponsal ninguna más irritante que la nº 11. Por supuesto, no la propone en serio, simplemente para provocar la ira de los bien pensantes. Y sin embargo en es punto está rozando uno de los aspectos claves de la decadencia de la educación argentina: empieza cuando los sueldos de los docentes dejaron de ser adecuados para mantener a una familia. La docencia se convierte para muchos en una ocupación de tiempo parcial, aparece el “docente-taxi”,… El paso inicial, inescapable, para mejorar en serio la educación es mejorar mucho el sueldo de los docentes, y exigirles más.

 

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