Al profesor Grondona, que siempre tiene un pedazo de latín a mano para usar en sus columnas, le gusta citar a Cicerón diciendo que la República Romana era “el Senado y los auspicios”. Con la misma autoridad, se podría decir que la República Argentina es la Presidencia y los encuestadores.

 

Artemio López es uno de los pilares de esta noble profesión. Cierto, quizás no es tan preciso en sus resultados como mi viejo amigo Julio Aurelio, pero – ironías aparte – es además un hombre inteligente y articulado, y su blog “Ramble Tamble” es uno de los lugares que valen la pena en Internet, donde expone sus ideas y acepta, sin censurarlas, las de los demás.

Este durísimo texto lo subió a su blog una semana antes de las elecciones porteñas, y – doy fe – simplemente repitió, con colmillos sangrantes, lo que venía diciendo desde hace mucho tiempo. Hay que leerlo, porque viene de alguien que por ideas y ubicación política tiene derecho a llamarse progresista. Como hago a menudo, agrego un comentario al final.

Ladriprogresismo

ARTEMIO LÓPEZ - 28/5/2007 (“Ramble Tamble”)
 

Se nota en el aire que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires está con grandes chances de cerrar el ciclo del ladriprogresismo que la desgobernó en los dos últimos períodos. Llamo ladriprogresimo al choreo vil, anclado en el bochorno gestionario, edulcorado con recitales de León Gieco, marchas por la defensa de las ballenas azules en Groenlandia y entregas periódicas de subsidios y reconocimientos múltiples a la Estela (Carlotto) que dejó Aníbal y otros referentes "friendly" del colectivo defensor de los Derechos Humanos de las víctimas del Terrorismo Estatal de los años setenta. Tras dos períodos del festival ladriprogresista a los porteños nos quedan, entre otras maravillas, como saldo:

 

• Las brechas de inequidad distributiva - entre el 10% más pobre y el más rico de perceptores de ingreso - más altas de la historia (195 veces con Hannibal, 226 con el Teletubi pelado), sin políticas sociales de compensación, capaces de amortiguar el ciclo de participación regresiva.

 

• Los mayores niveles de pobreza e indigencia de la historia de la ciudad (25% con Hannibal) y la persistencia en el tiempo en un nivel que duplica al histórico porteño, a pesar del ciclo de crecimiento económico inédito en los últimos 100 años (10% con Teletubi en 2007), sin políticas sociales de compensación que transfieran ingresos y no "contención afectiva" a las familias.

 

• La mayor asimetría de todas las existentes entre el Sur y el Norte porteño, construida a la luz de la duplicación de la población en villas de emergencias que pasó de 80.000 habitantes en el inicio del gobierno de Hannibal a los actuales 160.000 residentes en la gestión del histriónico Teletubi, más de la mitad de los cuales provienen ilegalmente de países limítrofes, sin plan de legalización de la residencia – ni siquiera de deportación! - y la elemental urbanización o en su defecto erradicación de villas, frente a la insólita estampida.

 

• La multiplicación por tres de la población residente en casas tomadas, que paso de 100.000 almas con Hannibal a los 300.000 residentes actuales, sin planes contingentes de identificación personal y eventual relocalización de los intrusados.

 

• La decadencia del sistema de salud municipal en general y en especial del sistema de "salitas de atención primaria barrial", localizadas mayoritaria y estratégicamente en la periferia porteña, hoy en estado ruinoso.

 

• Institucionalmente, el ladriprogresismo deja la inexistencia absoluta de formaciones partidarias del mismo signo político que el jefe de gobierno que ladriprogresó oportunamente y que en rigor, hoy no posee partido ni un solo diputado propio, con la debilidad institucional que esto supone.

 

• Un juicio político al primer jefe de gobierno ladriprogresista y su destitución, tras la más grande catástrofe en tiempos de paz ocurrida en la ciudad, con 194 muertos y pruebas irrefutables de corrupción gubernamental entre sus causas centrales.

 

• La mayor burocracia gubernamental del país, más de 100.000 empleados públicos, donde al menos la mitad son capas geológicas sin determinación de funciones específicas, soportadas por el enorme y vapuleado presupuesto porteño, como herencia de las variopintas administraciones ciudadanas, ocurridas desde el año 1983 en adelante.

 

En fin, joya, joya, defendamos sin trepidar el "espacio público”, y todos los proyectos, contratos y subsidios que el neoliberalismo caca nos quiere privatizar. Proletarados del mundo, uníos y defended el currito. Una más y no jodemos más!

 

Mi primera reacción al leerlo fue empezar a enviarle un post que comenzaba “Artemio, por el amor de Dios, no podés ser tan duro! Exigir cámaras de gas para todos los legisladores porteños de centro izquierda es una exageración! ¿Qué dirá Gabriela (Michetti)?” Pero reflexionando, pensé que – aunque ciertamente Telerman, Ibarra, De la Rúa y los anteriores intendentes tienen sus respectivas porciones de responsabilidad en algunos de los desastres que menciona – las más graves desigualdades sociales que denuncia no se originan en la acción de estos “Jefes de Gobierno”, que deben atender al Alumbrado, Barrido y Limpieza de la ciudad (y no lo hacen bien).

 

Creo entonces que la derrota de los progresistas porteños está sirviendo para que muchos hombres con conciencia social y buena información – no solamente Artemio López – descarguen sobre las espaldas de oportunos chivos emisarios lo que un gobierno que defienden – y un pensamiento que comparten – no está haciendo por los argentinos que no tienen un contrato del Estado.

 

   

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