Pablo Alabarces es doctor en sociología. profesor de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA) e investigador del CONICET. Su enfoque es similar al de Wainfeld, con un innegable toque de gorilismo progre. A pesar de ello, sus datos son precisos y relevantes
Pablo Alabarces
... Lo que los hechos del 17 nos permiten analizar— estriba en dos aspectos:
uno de clase y otro político.
El primero remite a que ya no puede tildarse de "marginales" a grupos de
composición más compleja, producto también de los cambios en la estructura
de clases argentina: para limitarse a dos actores identificados en las
últimas semanas, ni "Madonna" Quiroz ni "Tuto" Mohammad pueden ser tildados
de lúmpenes.
El segundo es quizás más importante: la violencia política... casi no tiene
política. La disputa no se da en torno de grandes relatos ideológicos, en la
contraposición de modelos de organización de la sociedad. Como dije, se
limita a la pelea por estar más o menos cerca de un féretro, por indicar
quién tiene más poder, y sucesivamente, por quién "tiene más aguante".
En la gestualidad de los que pelean, en el Hospital Francés o en San
Vicente, se reconoce la corporalidad tribunera: no sólo en los estilos de
lucha — porque los estadios se han transformado en excelentes campos de
entrenamiento al respecto — sino en el hecho de que el gesto recurrente sea
tomarse los genitales. Los muchachos textualizan la metáfora, y deben
"tocar" el significante que permita demostrar quién "tiene más huevos".
Signo de todo esto es que el viejo epíteto de "zurdos" ha sido desplazado
por el de "putos".
Este tribunerismo de lo político también se reconoce en las versiones sobre
las fuerzas reclutadas. Se pudo escuchar que en el Hospital Francés
desfilaron las barras de Chacarita, Nueva Chicago y Argentinos Juniors,
mientras que en San Vicente se alineaban las de Estudiantes y Gimnasia y
Esgrima de La Plata - además de la vinculación del moyanismo con la de
Independiente. Nada puede sorprender: Las barras futbolísticas son
agrupamientos cuya posesión más valiosa es un capital llamado "aguante" que
se transforma en mercancía: es decir, se vende al mejor postor.
… No hay allí ningún componente ideológico: lejos del ejemplo italiano —
donde los ultras del Livorno se reclaman estalinistas y los de la Lazio
fascistas, y están obligados a chocar —, las barras locales se agrupan en
torno de un argumento presuntamente pasional, despolitizado, para luego
ejecutar los actos ordenados por sus contratistas.
Ahora bien: la degradación diagnosticada también alcanza las
interpretaciones opositoras. … Las voces virginales que condenaron los
sucesos tienen una larga experiencia en el reclutamiento de barras.
Cualquier militante universitario desfutbolizado conoció a los "Borrachos
del Tablón" en actividades organizadas por la Franja Morada radical. Y las
relaciones de Macri con "La 12" ya no pueden ampararse en el consabido "no
los conozco". Basta seguir el rastro de "Rafa" Di Zeo: que además, firma
autógrafos y recibos de sueldo estatales.
Raúl Isman es un dirigente de la izquierda que brinda
apoyo crítico al gobierno de Kirchner. Como tal, su análisis es similar al
de Verbitsky, cubriendo – con otro lenguaje – los mismos puntos. Hay una
diferencia: aunque es más duro con los gremialistas que con el gobierno, no
deja de señalar el rol social del sindicalismo
Raúl Isman
En la primera capa de la cebolla, emergió el enfrentamiento entre
sindicalistas ... Para vastos sectores los sucesos eran una nueva
oportunidad para intentar ilegitimar- bajo el disfraz de repudio a la patota
sindical- al entero andamiaje del gremialismo y los derechos de los
trabajadores ...
Digámoslo con todas las letras, el (impresentable) aparataje sindical se fundamenta en que logra mejoras para sus representados y no a sus métodos más cuestionables (ciertos fraudes, las patotas, la violencia que despliegan), por cierto.
Aún durante la noche negra (para los trabajadores) de los ’90, en la que se perdieron conquistas logradas a lo largo de varias décadas, los gordos y los muy obesos - a la vez que medraban con las privatizaciones - aseguraban a sus afiliados ciertas pautas de palpable bienestar, desiguales por cierto según el gremio. En efecto, cualquier trabajador sindicalizado podría reconocer sus beneficios con relación a laburantes en negro o desocupados. Por otra parte, se manifiesta con las referidas prédicas de denostar al sindicalismo, un hábito muy difundido en nuestras clases medias consistente en pretender que todas las cuestiones de la realidad se den de acuerdo a un modelo ético perfecto, realidad que no existe en ningún sitio del orbe...
Este trabajo ya es muy largo. Pero me parece que
todavía falta una voz, la de los militantes peronistas. El ruso Mario, que
lleva más de 40 años en eso, bien puede representarla, a través de un mail
personal que mantiene el tradicional laconismo
Yo tenia la información a las 11 hs. que la quinta ya estaba semiocupada por
la gente de La Plata ¿cuándo se enteró el Side?
No soportemos más a los inútiles; bastante tenemos con los traidores
Mario Gurioli
<<<Anterior |
[ Portada ]